Reflexión sobre la Epidemia

Hola a todos/as.

Quisiera reflexionar sobre esto que nos  está pasando, que algunos llaman epidemia.

Desde que dejamos de andar solos nos hemos juntado como forma de protegernos. Somos la especie más vulnerable al nacer, tanto que si no hay otro humano que nos cuide, desparecemos, somos tan indefensos que por nosotros mismos no podemos vivir. Somos una especie gregaria, es decir de grupo.  Los humanos/as , tal como piensa De Brassi, somos “ no sólo homo ludens, sino homo ridens”, es decir que no solo jugamos sino y fundamentalmente como especie podemos reír y esta es una condición que permite enfrentar la vida de una forma diferente.  La risa es entre otras cosas, terapéutica, es decir es salutógena, es un factor de salud, y la risa siempre es con otro que ve mi risa, pero “la ciencia” ha logrado convencernos de que una forma de cuidarnos es usar un tapa boca.  A lo largo de los tiempos, cada vez que hubo una epidemia se ha planteado que los que no la padecían debían poder ventilar sus habitaciones y poder respirar el aire puro. Todas las epidemias tienen un rango de contagio,  pero hemos logrado encontrar y corporizar al miedo. Todos hemos  oído hablar del Cuco, pero nadie lo había visto, hasta ahora. Hoy el enemigo es mi vecino, quien viaja conmigo en el ómnibus, todo aquel que no use tapa boca. Lacan dijo “…nada es más disparatado que la realidad humana”. No sé por qué, pero he conocido al monstruo, y tengo miedo.

Cuando alguien viene caminando con su tapa boca, no sé si está  riendo o si está enojado. Nada hay más  cruel que no poder reír con ganas, nada más triste que no ver a un joven reírse de cualquier bobada, nada más desolado que no ver a la abuela reírse con sus poquitos dientes. No puedo ver el rictus. “La ciencia” ha logrado que todos aceptemos el miedo y nos ha paralizado. ¿la epidemia se supera tapando la boca de la gente? ¿en serio lo creemos?

¿Estoy en contra de la ciencia? No, por supuesto que no, estoy en contra de que me quiten la risa y me instalen el miedo. Cada día más aumenta la depresión y la tristeza, la contra cara de la risa. Todos los días escuchamos un informe cada vez más oscuro, y dejamos de reír y nos enojamos y nos violentamos y lo actuamos.

Todos dicen que de esta situación saldremos fortalecidos y mejores como personas. Pienso que no, porque hemos permitido que nos quieten lo que hace diferente a la especie, la capacidad de reír. Capaz que deberíamos volver a recrear la risa como forma de superar esta situación angustiante. Reírnos con otro, volver a confiar en la especie, juntarnos sin miedo.

Esperemos que esta situación pase rápidamente y poder encontrarnos y reír sin miedo.

Daniel Villarroel
Supervisor de campo ex DINEM

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